Dicho proceso comienza posteriormente a la muerte de una gigante roja (estrella de gran masa), llámese muerte a la extinción total de su energía. Tras varios miles de millones de años de vida, la fuerza gravitatoria de dicha estrella comienza a ejercer fuerza sobre sí misma originando una masa concentrada en un pequeño volumen, convirtiéndose en una enana blanca. En este punto dicho proceso puede proseguir hasta el colapso de dicho astro por la auto atracción gravitatoria que termina por convertir a esta enana blanca en un agujero negro. Este proceso acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte que atrapa hasta la luz en éste.
En
palabras más simples, un agujero negro es el resultado final de la
acción de la gravedad extrema llevada hasta el límite posible. La misma
gravedad que mantiene a la estrella estable, la empieza a comprimir
hasta el punto que los átomos comienzan a aplastarse. Los electrones en
órbita se acercan cada vez más al núcleo atómico y acaban fusionándose
con los protones, formando más neutrones mediante el proceso:
Por
lo que este proceso comportaría la emisión de un número elevado de
neutrinos. El resultado final, una estrella de neutrones. En este punto,
dependiendo de la masa de la estrella, el plasma de neutrones dispara
una reacción en cadena irreversible, la gravedad aumenta enormemente al
disminuirse la distancia que había originalmente entre los átomos. Las
partículas de neutrones implotan, aplastándose más, logrando como
resultado un agujero negro, que es una región del espacio-tiempo
limitada por el llamado horizonte de sucesos. Los detalles de qué sucede
con la materia que cae más allá de este horizonte dentro de un agujero
negro no se conocen porque para escalas pequeñas sólo una teoría
cuántica de la gravedad podría explicarlos adecuadamente, pero no existe
una formulación completamente consistente con dicha teoría.
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